Mere Mores
Saturday, March 18, 2006
  Incroyable

Tengo suerte, creo que sí. Mi hija no es exigente, me pide sólo lo que necesita. Ojalá pudiera darle más de lo que necesita, pero la calle está dura.

Ella y sus amiguitas son iguales. Claro, de vez en cuando se mueren porque simple y llanamente no pueden vivir si no tienen el último CD, unos zapatos nuevos para el casual day del viernes, o quien sabe que otra cosa. Pero, usualmente, viven como niñas felices y agradecidas por lo que tienen.

Mi nena tiene 11 años, casi doce. Hace un año tuvo su primera regla. Nunca ha tenido que pedirme toallas sanitarias. Nunca ha tenido que convencerme de que sean necesarias. Nunca se me ha pasado por la mente que tenga que pasar ese vía crucis mensual a fuerza de pañitos o con papel periódico. Es más, nunca pensé que alguien tuviera – en el siglo XXI – que vivir esto que describo.

Pero una vez más, estaba equivocada. En Kenya se está viviendo otra crisis africana de la que no tenía conocimiento. No, no tiene que ver con la sequía de Somalia – donde la gente muere todos los días, las familias permanecen día y noche a la orilla de la carretera pidiendo que alguien, por favor, les dé un poco de agua porque su pozo se ha secado y buscarla significaría caminar más de 12 kilómetros. Tampoco tiene que ver con las guerras civiles creadas por las potencias , dis que ex-imperialistas. No. Esta es diferente… y parece increíble.

En Kenya, nuevamente falta algo. No hay toallas sanitarias. Las pocas que llegan cuestan demasiado caras para poder ser adquiridas por personas que ganan un promedio de un dólar por día. No sólo sucede en Kenya, Zimbabwe también está sufriendo los mismos percances. Las niñas tienen que faltar a la escuela durante su período. En un país donde se está sufriendo una de las más grandes sequías y, la mayoría de la gente no tiene agua para cocinar, no puedo imaginarme cómo una mujer puede pasar toda una semana de flujo menstrual sin tener ni siquiera agua con que limpiar los trapos de tela que utilizaran para mantener algún tipo de higiene. Claro, no pueden hacerlo… y mueren de infecciones.

Hay organizaciones que se han dedicado a proveer toallas sanitarias y tampones a estos gobiernos. Pero, aquí viene lo bueno, los gobiernos se han negado a eximir de impuestos estos productos hasta que pasen unos supuestos controles de calidad. (Vea la noticia en la BBC: http://news.bbc.co.uk/2/hi/africa/4805516.stm).

Es increíble que vivamos estas situaciones hoy día. No hay mucho que yo pueda hacer desde acá. En realidad, muy poco. Pero, ¿sabremos valorizar lo que tenemos? ¿o continuaremos quejándonos porque quién sabe qué no pudimos comprar?

Este escrito no tiene la intención, para nada, de ser material literario. Tal vez sirva sólo de válvula de presión. O quizás vaya, poco a poco, abriendo los ojos a los que lo lean. Ojalá permita que podamos ver que el mundo no termina en estas costas bañadas por el Mar Caribe o el Océano Atlántico. Yo sólo sé que de aquí a una o dos semanas, ir a comprar toallas sanitarias a cualquier farmacia, supermercado, 7-11 o gasolinera, tendrá todo un nuevo significado.

 
Comments:
Es interesante lo que expones. En la mayoría de las ocasiones tenemos accesibles productos que utilizamos a diario y podemos comprar en cualquier establecimiento. Lo que no sabemos es que en otros países, como mencionas, esos mismos productos no se adquieren con tanta facilidad, como es el caso de las toallas sanitarias, lo que me asombra. Esto debe ser sólo una parte de todas las necesidades que tienen las personas en estos países pobres, sólo una parte. Pero, lamentablemente, mucho no podemos hacer. Tal vez orar desde acá. Saludos.
 
¡Dios! Cuando leo algo así me da con recordar a aquellos tres monitos famosos. Esos monitos que: uno se tapa los oídos, otro los ojos y el tercero la boca. Me da con pensar en ellos porque esta cultura nos enseña, lamentablemente, que ante estos casos, y muchos más, debemos hacernos los “no aludidos” o más bien “los insensibilizados”. Gracias a Dios todavía existen personas, como tú, que nos dan la voz de alarma. Aunque, siendo sincero, mi primer pensamiento fue el de salir huyendo. Pero no; no pude dejar de pensar en que debía agradecer que nos hagas participe de tu voz de solidaridad para con nuestros hermanos.

Deberíamos saber reconocer nuestras ventajas y desventajas y no seguir dando todo por hecho. En otra palabras. Algunos habitantes de esta islita nos hemos dedicado a presumir aún a sabiendas, como dice el dicho, de lo mucho que carecemos. Una vez más: Gracias Alma por sensibilizar lo que los medios y este sistema en que vivimos se encarga de endurecer: Nuestro corazón.

Pd: Imagino que has compartido esta noticia con Yolanda Arroyo; lo que no puedo imaginar es su rostro mientras le daba lectura al colmo de los colmos…
 
El amigo Angelo tiene razón. Mi rostro. Mi consternación. Mi vergüenza. Ese lazo que me abraza y que se hace llamar a veces impotencia y que me gana la partida y que me parte en pedazos. Alma, me muero. Me muero ante esto y ante lo que pasa en este mundo que parece no querer acabarse. ¿Qué hago, marida? ¿Sigo derramando lágrimas? ¿Las recojo en un cántaro? ¿Se las regalo a la nada? No puedo hacer como Mafalda y pedirle al mundo que se detenga y que me permita bajar. ¿O sí se puede?
 
Amigos todos.. espero que me disculpen mi ausencia. Estaba volviendome loca con esto de creerme superwoman.

Desgraciadamente todo esto es cierto y podriamos decir que esta es la noticia mas light de las que podria reseñar.

Gracias por tener ganas de salir corriendo, Angelo. Eso es lo que nos deberia ocurrir.

Gracias Marielisa por visitar. Marida mia.. que haremos? Tu y yo seguiremos derramando lagrimas largas con todas estas cosas, secandonos la cara y escribiendo. Que mas hacer?

Alma
 
De repente se me ha ocurrido que estoy en algún país africano y las mujeres me miran de reojo, con rencor, porque yo nunca me ausento a mis deberes y siempre estoy limpia. Maldita blanca entoallada.
 
Invado este blog encontrado al azar porque opino que el problema no son las toallas sanitarias, es la sequía y el hecho de que seguramente la poca agua con que cuenta esta gente está contaminada (y no de químicos como en nuestro lado del mundo, sino de parásitos y demás miembros microscópicos de la naturaleza que se desarrollan por falta de drenaje sanitario, es un círculo vicioso). Una no se muere de una infección por usar una toalla de tela, sino por no tener con qué lavarla.

http://www.lunapads.com
http://goddessmoons.com
http://pacificcoast.net/~manymoons/moons.html

Y en cuando al agua, ¿se podrá presionar a través de alguna ONG? Existe la tecnología necesaria para que este tipo de regiones (me refiero a lo árido) cuente con el suministro adecuado http://transferencia.mty.itesm.mx/60/60-I.06.html este es sólo un ejemplo.

El mundo sólo se va a acabar cuando todos se sienten en la banqueta a chillar como Fredo.
 
Post a Comment



<< Home
Cuentos - Poesías - Historias Labyrinthe virtuel

LINKS