Mere Mores
Monday, February 06, 2006
  Eo ire itum insquequo patefacio foris
Crossroad by Kjeld Tideman-Johannessen

Siempre llegaba a la cama con los ojos casi cerrados. Resistía todo cuanto podía; nunca era suficiente. No hacía más que juntar los párpados, dejarse llevar, y todo aquello en lo que se convertía ese mundo que no era, se inundaba de caminos, de rectas, de flechas cruzadas. Intersecciones que se le escapaban, pues ella no caminaba lo negro del camino, sino lo veía desde afuera, en el plano incoloro desde donde, todas las noches, esperaba se construyera una curva, un giro que la llevara a acercarse al cruce en el que, estaba segura, todo sucedería.

 
Sunday, February 05, 2006
  La soledad se paseaba

entrelazando sus manos
con mis negras noches;
perdida en la cadencia de adoquines
yertos, grises, desiertos.

Calles cerradas, abrazaban
aquello que de ti, de tantos,
me sobraba.
Ventanas que explotaban
azotadas por el hurracanado vacío
que dejó tu recuerdo...
y el suyo,
el acumulado desasosiego
que perseguía mis encierros.

Una sucesión de excusas,
recluídas en sábanas clausuradas,
encadenadas en silencios agotados,
en voces atragantadas,
en tus palabras ausentes,
en mis mudos reclamos.

Siluetas colgaban de los faroles;
gatos viejos adornaban
el perfume del encierro,
con un canto anciano,
con un gemido lunático
que estremecía mis murallas.

Dentro de la cápsula de la noche,
huyendo de Cronos,
tallada dentro del espacio,
encerrada en ese camino que me dolía,
volví a escuchar mis propias mentiras
pariendo una fe natimuerta,
creyendo tus ausentes brazos,
y el ahogo de aquel mar
que en lo oscuro de la noche
te nombraba.

 
  Un compromiso prestado

Me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo que de éste me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada.

Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos.

Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre.

Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas.

Y nada abreviaré que deba sucederme, ni la pena ni el extásis, para cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mi vida.

Ninguna eternidad como la mía, Angeles Mastretta

Imagen: The Dreaming Goddess (c) Sharon George (2004)
http://www.fantasy-goddess-art.com/dreaming.html

 
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